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Modernismo en la ciudad de Coruña: viviendas de la burguesía

05/07/2018

Para entender la fisionomía de la ciudad de Coruña, debemos saber que gran parte de lo que vemos hoy en día fue construido a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando se comienzan a instalar nuevas industrias y bancos, que asientan la base para lo que hoy es la ciudad moderna. La ciudad comienza a mejorar sus infraestructuras y se construyen numerosas viviendas y edificios, teniendo especial relevancia la burguesía y los movimientos artísticos reflejados en su arquitectura como el modernismo o el eclecticismo, que veremos en el llamado Ensanche, zona de expansión y de construcción de viviendas que surgirá por las necesidades de espacio por parte de la población. Se derriban las murallas de la ciudad a mediados del XIX, respondiendo así a un nuevo pensamiento más liberal que se empezaba a extender por la ciudad, renegando de este símbolo de “opresión” con el que se asociaba esta fortificación y buscando convertirse en una ciudad de importancia económica, respondiendo a la mentalidad cosmopolita y rompedora de esta nueva clase social.

De esta manera, hoy en día podemos ver las huellas de esa nueva burguesía que surge a finales del XIX, en numerosos edificios alrededor de la zona de expansión llamada el Ensanche, con características propias del modernismo principalmente.

La arquitectura modernista española, la más decorativa de Europa, fue de gran importancia, sobretodo en Cataluña, con artistas de la talla de Gaudí. A pesar de esto, ciudades como Coruña son ejemplo de que este movimiento no se focalizó únicamente en esta región.

Las viviendas modernistas de esta ciudad se caracterizan por el uso recurrente de motivos vegetales: lirios, hojas de castaños de indias, plantas acuáticas, rosas, camelias en guirnaldas… Esto se entiende mejor al saber que parte de  la inspiración viene de Oriente, y principalmente la influencia japonesa se hace notar en las representaciones de su vegetación o incluso fauna exótica. También rostros de mujer (muy similares todos ellos) eran  frecuentes en las fachadas de estos edificios. Una curiosidad muy interesante es que se dice que todos estos bustos son los de una mujer en concreto: Elizabeth Siddal; poeta, artista y modelo británica amante del pintor prerrafaelita Dante Gabriel Rossetti.

Respecto a los materiales utilizados era muy frecuente el uso de hierro forjado, en concreto el de Wonemburger, la empresa de fundición local de origen belga. Así, casi todas las casas burguesas que podemos observar cuentan con elementos de hierro en sus fachadas, y en ellas también es muy común que aparezca representado el símbolo solar en balcones o ventanas. Se recuperan también técnicas artesanales autóctonas españolas como con el azulejo árabe o la cerámica vidriada como recuerdo y admiración por formas  de un pasado no industrial.

Estas lujosas residencias que imitan las de Viena, París y Berlín pretendían mostrar al exterior su prosperidad económica y sus inquietudes culturales. Así esta clase social se diferenciaba de la vieja aristocracia coruñesa, que seguía habitando la Ciudad Alta (o Ciudad Vieja) en caserones sin galerías y con habitaciones oscuras y mal aireadas, de espaldas al mar y a la modernidad.

 

A continuación, vamos a hablar de algunas de las viviendas modernistas más interesantes de la ciudad:

 

  • “El diente de oro”

Es uno de los edificios más interesantes de la ciudad, pues su fachada principal se integra en el conjunto neoclásico de la Plaza de María Pita, mientras que la fachada posterior lo hace en la Dársena de A Mariña.

Los coruñeses la llamaron el Diente de Oro porque brillaba al amanecer dentro de la “blanca dentadura” de las galerías. Como originalidad, sus balcones, miradores y arcos, diferentes en las cinco plantas.

  • Calle san Nicolás, nº 11-13

Ubicada en frente de la iglesia de San Nicolás, fue diseñada inicialmente por el maestro del barroco de placas Simón Rodríguez y supone la culminación del decorativismo dentro de las viviendas coruñesas.

La fachada principal cuenta con toda la gama de los elementos decorativos típicos del modernismo coruñés y muestra una de las características de este estilo en la ciudad, la unión de diversos trabajos artesanales en vidrio, hierro o madera: columnas, cariátides, galerías en varios colores, herrajes creativas, vidrios e incluso curiosos ladrillos. Además cuenta con la introducción novedosa de arcos de herradura. 

  •  “La casa de los cisnes”

Diseñada por Manuel Reboredo, esta residencia burguesa transmite exotismo, con sus cisnes y juncos propios de los abanicos y biombos de Filipinas, Java y otras islas de Indonesia, que marineros y viajeros traían como regalo a Europa.

Sus galerías de madera, ricamente talladas y los detalles de los azulejos de la fachada le confieren un carácter único y hacen de este edificio un regalo para la vista. Lamentablemente, la fragilidad de los materiales de construcción hace que se deteriore fácilmente. Por este motivo en el año 2011 se procedió a su restauración, devolviéndole a este edificio su esplendor original.

  • Compostela, nº 8

Este edificio resalta no sólo por su fachada, si no especialmente por su vestíbulo, único en la ciudad. En él, sus paredes, techos y arco de acceso al ascensor están repletos de plantas acuáticas, con lotos, nenúfares y lirios entrelazados, convirtiéndolo en un original invernadero.  La gran escalera reinterpreta el acceso a la biblioteca Laurenciana de Florencia, obra de Miguel Ángel, al disponer sus escalones como ríos de lava descendentes. Los leones del portal, el águila y las cariátides de la cornisa defienden simbólicamente a los moradores de la casa, como en los antiguos palacios persas.

La vivienda es diseñada por Julio Galán, reputado arquitecto español, muy presente en la cuidad de Coruña, y famoso por la reconstrucción tras la Guerra Civil de gran parte de las cajas de ahorros de España.

  • Plaza de Lugo, nº 22

Del mismo arquitecto que la vivienda anterior, en el ático de esta vivienda encontramos un motivo decorativo único en el mundo de la arquitectura: decenas de ojos que observan al espectador. Nos transporta a un mundo surrealista propio del cine y de la literatura. La flora autóctona del noroeste peninsular aparece reflejada, a ambos lados de los miradores centrales, en la marquetería y balcones de hierro, con formas de hojas de roble y castaño.

Si está interesado en conocer más a fondo A Coruña, acompañado de nuestros guías oficiales, existe la posibilidad de realizar una visita guiada a la ciudad. Para más información y reservas: 

https://www.artnaturagalicia.com/reservas/actividades/visita-guiada-a-la-ciudad-de-a-coruna/fe:/fs:/ca:/  

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