La “mujer adúltera” de Platerías , ¿realidad o leyenda?
Enmarcada en uno de los tímpanos de la única portada románica que podemos observar hoy en día en la catedral, se encuentra una curiosa imagen de una mujer de cabellos rizados sosteniendo una calavera, de la cual surgen varias interpretaciones.
Para entender mejor esta representación, se debe saber que en la Edad Media las representaciones del arte románico servían para educar y advertir a la población, mayoritariamente analfabeta. En este caso, es una advertencia de lo que podía ocurrir si se pecaba por lujuria.
La mujer era una imagen recurrente para representar el mundo carnal y sexual, sobre todo si esta tenía cabellos rizados , simbolizando la tentación y el pecado frente a representaciones sagradas como las de la Virgen, con cabello liso y simétrico.
La interpretación más generalizada de esta figura es la de la mujer adúltera, de la cual ya se nos habla en el siglo XII dentro del Libro V del Códice Calixtino:
“Y no ha de relegarse al olvido que junto a la tentación del Señor está una mujer sosteniendo entre sus manos la cabeza putrefacta de su amante, cortada por su propio marido, quien la obliga dos veces por día a besarla. ¡Oh, cuán grande y admirable justicia de la mujer adúltera para contarla a todos!”
En el Códice se interpreta como una mujer infiel, castigada por su marido a sostener eternamente la cabeza decapitada de su amante y besarla dos veces al día.
Esto tiene aún más sentido al conocer que en esta plaza (Platerías), antiguamente próxima al palacio arzobispal (hoy en día en la fachada Norte), se realizaban juicios públicos durante la Edad Media, muchas veces relacionados con el adulterio. También se sabe que era frecuente la celebración de parte de las bodas, sirviendo esta iconografía de la portada como un “mensaje de refuerzo” a los sermones dirigidos a los asistentes de estos eventos.
Sin embargo, entre los historiadores se instalaron otras teorías. Así, la imagen también se interpretó como María Magdalena, mujer arrepentida por haber pecado, o como Eva, la “madre de la muerte”, en contraste con la figura de la Virgen en el tímpano derecho, con Cristo, la Vida, en su regazo.
Otra curiosidad de esta imagen es el tipo de asiento que ocupa la figura. Se trata de un faldistorium, un asiento en el que tradicionalmente se han dispuesto figuras con estatus de dignidad. Sin embargo, el faldistorium no tiene una condición moral por sí mismo, sino que esta le viene dada por el personaje que lo ocupa. Así, también existen representaciones en las que la figura está usurpando una posición que no le corresponde, en el caso concreto de la “mujer adúltera”, que está denotando soberbia.
En todo caso, la interpretación original de la imagen y la respuesta de si esta mujer sería realmente juzgada en esta plaza siglos atrás o no permanece como uno de los muchos misterios que rodean la ciudad y la Catedral de Santiago de Compostela.